jueves, 3 de noviembre de 2016

Mala Madre

Cada día lo escucho por A o por B; "¿A la guardería? ¡Pero si no trabajas! ¡Y con lo pequeño que es! ¿No te da pena?".

Pues no, no me da pena, mi hijo va a la guardería, yo no trabajo y aún así la mañana no me cunde. Con mi hijo hago lo que me da la gana y si hay alguien que puede poner en duda mi actitud como madre es mi marido y padre de mi hijo. Y san se acabó.

"¿Potito? ¿Y no le haces tu la comida? ¡Todo el día que tienes! Además es más sano, mi hijo no podía ni oler los potitos, solamente comía lo que yo le hacía".
¡Pues vaya tiquismiquis! mi hijo se come estupendamente lo que le hago yo y los potitos comprados, incluso después de comer, lo sentamos en la mesa con papá y mamá y come lo que tengamos nosotros, al menos le damos a probar.

ME CANSO, estoy HARTA de tener que dar explicaciones una y otra vez de lo que hago y dejo de hacer con mi hijo. A veces pienso que, probablemente doy demasiada información, de ese modo pueden juzgar, criticar, comentar, poner en duda y dar opiniones no pedidas sobre lo que hago.

La mayoría de veces lo hago por respeto, por educación. Te hacen preguntas sobre cómo te va, cómo te organizas, qué tal llevas lo de vivir sola con tu hijo de lunes a viernes y ahí, justo ahí, es donde empiezan a cuestionar. "¿Pero por qué no te vas a vivir donde tu marido todo el curso?, ¿Vais a estar separados? (y una vez más) ¡Pero si no trabajas!". Aquí os dejo un artículo muy bueno con posibles respuestas, bordes o educadas, a diferentes preguntas que fijo te hacen cuando eres madre, sobretodo si eres madre primeriza.

En fin, si, llevo a mi hijo a la guardería, desde septiembre, que tenía 8 meses y oye, tan contento que va el tío. Le encanta. Cuando llega se abalanza sobre la seño y me mira en plan, " Ale mami, ya me vienes a buscar después de comer, guapa" y claro, yo feliz de ver que nos despedimos con una sonrisa. A la hora de recogerlo se me echa a los brazos y le cierra la puerta de la guarde a la seño mientras me pasa el "parte" de cómo fue el día, así, sin tapujos, como si le dijese "no te enrolles que todos los días habláis de lo mismo, hasta luego".

¿Mis mañanas? Pues cuando Ézaro se despierta, desayunamos tranquilamente y nos vamos a la guarde, hay veces que entramos a las 9 y otras a las 10, él marca el ritmo. Luego, según el día voy a Yoga o al gimnasio, momentos en los que dejo de ser mujer de, madre de, enfermera, hija o los roles varios que me asigna la vida y paso a estar yo conmigo. Sinceramente creo que si no tuviese esos "ratitos" ya me habría vuelto loca, depresiva, histérica o algo por el estilo.

Vuelvo a casa, ducha, desayuno 2 (almuerzo en mi tierra. El primero lo hacemos recien levantados) y a hacer las tareas del hogar. Lavadora (1 o 2 al día), tiende ropa, recoge ropa del día anterior, dobla ropa, ponla en su lugar, plancha (si puedes), haz camas, limpia baño, recoge salón y juguetes de Ézaro, haz la comida, engulle porque se te ha pasado la mañana volando y ya toca ir a recoger al peque a la guarde.

Luego por supuesto hay que lavar platos, biberones, jugar con él (mi momento favorito del día), dar merienda, salir a dar una vuelta y de paso hacer compras (que no entiendo por qué pero siempre tengo la nevera vacia). Vuelve a casa, guardar todo mientras niño juega (o se empeña en guardar las cosas contigo, para ver donde va cada una por si tiene que echar mano), bañarlo, luchar con él para ponerle el pijama, cena y por fin, dormir. Hay días que lo dejas en la cuna y él solito se duerme, otros necesita que te acuestes con él. Luego haz tu cena, cómela sin muchas ganas, recoge cocina, recoge salón y, por fin, siéntate en el sofá.

Si, es cierto que si lees ésto parezca una mala madre quejica cuyo hijo es un estorbo y, la verdad, desde fuera yo también lo entendería así, pero voy más allá. Lo que pretendo es que la sociedad vea que no todo se resume a tener un hijo y pasarse el día "súper happy" jugando a las muñecas. La maternidad está llena de momentos increíblemente felices e irrepetibles, siempre desde mi opinión, por supuesto, pero también requiere mucha dedicación y estar ahí las 24 horas del día, todos los días del año, así que, discúlpame sociedad si decido tener una hora al día para mí sola. Luego llega el fin de semana y mi marido me concede el lujo de remolonear en la cama lo que quiera mientras él se queda con el peque, también hay que decirlo. Cuando él está se implica al 100%.

Así que, siempre y cuando sea beneficioso, se haga alegremente y no haya nadie que lo pase fatal, pues mira, que vaya a la guardería. Pero si el bebé va agarrándose a lo que pille y berreando a la guarde, o tú, como madre o padre tengas un dolor de barriga por creer o sentir que lo abandonas, pues no lo lleves (siempre que tengas la suerte de poder elegir, claro). En España, la enseñanza es obligatoria desde primero de primaria, o sea, a los 6 años, por lo que no hay necesidad de sufrir porque "la sociedad dice". Si lo llevas a la guarde, porque lo llevas y lo abandonas, si no, porque no lo llevas y será un niño mimado, siempre habrá opiniones gratuitas para todo.

HAZ LO QUE TE DICTE TU CORAZÓN, INTUICIÓN O SENSACIONES, que bastante hacemos ya sin darnos cuenta por "educación, tradición, o por no molestar a menganita o juanita".




No hay comentarios:

Publicar un comentario