sábado, 23 de julio de 2016

Las curvas de la felicidad

Ya desde pequeñita era un tema que me agobiaba, en el colegio, en el pueblo, en mi propia familia, mi peso siempre era el tema de conversación. Que si tenía tres barrigas, que vaya culo más redondo, que vaya piernas tan macizas. No comas ésto (pero lo compraban y te lo sacaban para picar en las comidas familiares), es que comes demasiado pan (y me hacían ellos los bocadillos), etc. Por supuesto ahora lo negarían o incluso se sorprenderían de que haya pasado por ello. Harta de todo y tras darle muchas vueltas, a los 14 años empecé. Me lo había planteado tantas veces, lo ideé de tantas maneras que sabía lo que iba a hacer.Desde luego dejar de comer no era una opción, es demasiado visible.

Todo parte con una dieta en una franquicia bastante conocida que me ahorraré nombrar. Había una justo debajo de mi casa y no te cobraban las visitas, aunque te recomendaban tomar sus productos para que la dieta funcionase. Yo no tenía dinero pero cuando por un casual me daban algo en casa, aprovechaba y lo compraba a escondidas. La primera semana fue un éxito, no fue difícil ya que la comida de casa la hacía yo prácticamente siempre, así que simplemente me hacía algo diferente para mí y santas pascuas. ¡Casi 3 kilos menos! La segunda semana no fue tan productiva, así que lo que hice fue comer aún menos cantidad, pero tenía hambre y estaba de mal humor así que decidí hacer como en las películas. Como lo que me toca y luego vomito para que entre menos en el cuerpo. Funcionó. Primero fue solo un día, luego una comida al día, luego pasó a ser comida y cena hasta que finalmente lo hacía a diario.

Así estuve hasta los 26 años, con sus más y sus menos. Cada vez que engordaba empezaba una dieta y me prometía que no lo haría, luego, cuando no conseguía bajar más peso me veía enganchada una vez más, "un kilo menos y lo dejo" me decía, pero nunca era suficiente. Cuando paraba volvía a engordar y vuelta a empezar. A veces era por mi, otras por los comentarios de los demás. Por supuesto también hacía ejercicio pero no fue a diario hasta que descubrí el boxeo, uno de mis deportes preferidos. No pelearía nunca, pero me encanta como entreno.

Llegó el día en que lo confesé por primera vez y, si quería parar, debía pedir ayuda, pues aunque yo sola lograse controlarlo, cuando te vas a poner ese pantalón que tanto te chifla y no puedes sentarte, es inevitable que se te pase por la cabeza. "Sólo un tiempo, lo prometo, hasta que baje esos 4 kilos" pero luego quieres mas y mas y mas.

Decidí, con ayuda ir al psicólogo y me ayudó, pero confieso que lo que de verdad funciona es la fuerza de voluntad y el apoyo incondicional de los que te quieren de verdad. Los trastornos alimentarios son enfermedades crónicas y aunque tengas fases en las que no lo hagas, se te pasan por la cabeza. Tras una discusión, un mal día en el trabajo, un día de compras en el que no encuentras nada, que te pruebes lo que te pruebes te ves gorda, las tallas de ropa cada vez parece que las hacen más pequeñas, un espejo por la calle, un conocido que adelgaza, el verano, siempre hay algo para que te lo plantees y es ahí donde debes centrarte, respirar y decir "NO".

He de decir que en el embarazo estaba aterrada. Tenía pánico a engordar mucho, a no perder el peso tras el parto, a obsesionarme con el peso, a dejarme llevar y ponerme en 20kg más. En esos momentos la cabeza va a mil, no la puedes detener y te pones triste, te enfadas, lloras, sonríes porque, si lo lograste antes, ahora tienes una razón mayor para hacerlo, debías ser fuerte, todo iba a ir bien. Por supuesto las redes sociales influyen muchísimo en todo esto del peso, estar delgada sobre todas las cosas y tal, por lo que debo agradecer enormemente a Tania Llasera que sea tan extrovertida, pues me consta que ha servido de ejemplo a muchas mujeres con eso de ser la "única famosa con curvas y orgullosa de ellas", tal y como ella se define.

Decidí seguir con mi ejercicio aunque adaptado a la situación, la vida de mi bebé era lo primero. Iba a yoga dos veces por semana, al gimnasio otras dos y andaba una hora todos los días. Comía bien, saludablemente, como hago de manera habitual y, si un día había que salir y comer un poquito más no pasaba absolutamente nada. Fuí a un nutricionista especializado en el embarazo, así que no debía preocuparme. Tuve muchísima ayuda, tanto por parte de los entrenadores como del nutricionista, de mis compis de yoga y por supuesto de mi marido. Varias personitas especiales también me ayudaron mucho a tranquilizarme y que el peso no fuese el centro del embarazo sino mi bebé.

Hace poco descubrí un trastorno alimentario nuevo llamado "PREGOREXIA" o lo que es lo mismo, el miedo a engordar durante el embarazo. He de decir que no está registrado en el DSM-V, pero ha sido descubierto por profesionales de la salud y es más que peligroso ya que, las consecuencias para el desarrollo correcto del bebé son aterradoras. Mientras el feto se desarrolla en nuestro interior, infinidad de nutrientes que consigue a través del organismo de la madre, se encargan de que cada célula y cada órgano del futuro bebé se forme como es debido. Por tanto es importantísimo que comamos saludablemente y hagamos cinco o seis comidas al día, para que el aporte nutricional sea equilibrado y continuo, evitando el exceso de grasas, lo cual no significa eliminarlas, sino controlar su consumo.

Se recomienda controlar el peso durante el embarazo porque, un aumento excesivo del mismo puede provocar, por ejemplo, preeclampsia, complicaciones en el parto, diabetes durante la gestación y mayor probabilidad de obesidad infantil. Pero todo esto no significa que debamos hacer lo contrario, pues ya hemos visto anteriormente lo que supone la pregorexia.

Hablo como enfermera, como mujer y sobretodo como madre. Una mujer es bella sea como sea, pero confieso que una mujer embarazada es el sumum de la belleza, sea como sea, el simple hecho de crear vida, de llevarla en nuestro interior y de parirla, ya sea por cesárea o parto vaginal, eso es bello.

Debemos, en mi opinión disfrutar del embarazo, ser felices durante el mismo y ser, por supuesto partícipes y protagonistas de ésta maravillosa etapa que nos regala la vida.

Siento parecer muy técnica en este post, pero necesitaba mucho escribirlo. Me siento muy orgullosa de mi misma y de todas aquellas personas que por una razón u otra consiguen superar cualquier obstáculo que se les cruce en su camino, puesto por ellos mismos o por lo que sea. Así que vivamos el presente que el futuro ya llegará.



No hay comentarios:

Publicar un comentario